Si bien había agua corriente, no tenían agua caliente. Para calentarla, usaban pucheros y un valde de zinc. Comenzaban con el lavado de la cabeza, sobre el valde y, después, el resto del cuerpo. Solían ducharse con la ayuda de la hermana mayor y la madre, para cenar antes que los padres, que solían quedarse hablando con las hermanas mayor una vez mandaban a los pequeños a la cama.