La cocina del hogar era grande y alargada. La cocina tenía un fregadero y un fogón. Junto al fogón tenían una incubadora para los pollitos. Su padre hilaba y realizaba muchas pelotas, también elaboraba cestas de esparto por encargo. Cuenta que su padre trabajaba y tejía el esparto en la cocina. Cuenta una anécdota de un día que se encontraron 100 pesetas en la calle y su madre las cogió para devolverlas.