La abuela de Nieves quedó viuda con 3 hijos cuando tenía 26 años y tuvo que dejar de dar pecho al padre de Nieves que únicamente tenía 3 meses en aquel entonces para trabajar como nodriza y amamantar a otros bebés. A su padre lo alimentaban con sopas de ajo, porque la familia no se podía permitir comprar leche. Su abuela más tarde se casó en segundas nupcias con otro hombre que también se había quedado viudo. Este hombre viudo tenía dos hijos y entre los hermanastros siempre han tenido una muy buena relación. Antaño las mujeres adineradas pagaban a otras para que amamantasen a sus bebés y se buscaban mujeres que tuvieran “buena” leche.