Con el tiempo, el campo cada vez daba menos en Viana por la llegada de la maquinaria agrícola. Partieron la zona del Ebro en pequeñas parcelas de dos robadas para repartir entre los vecinos y vecinas de Viana. Recuerda que cada mañana, en la plaza del pueblo se elegían jornaleros para trabajar por el precio que ponían los terratenientes.