Trabajó en Logroño en varias casas en las que anteriormente había trabajado su madre. Habla de su experiencia con estas familias, relata que no le trataban muy bien y además no le pagaban. Una de las mujeres de Logroño le trataba mal, pero se quejaba de que Nieves no hablaba bien de la familia, mientras escuchaba lo bien que hablaba de la familia de Lekeitio. Unos años después comenta que se quedó a vivir una semana con Nieves.