Viana contaba con varias tabernas temporales. Quienes tenían bodegas de vino casero, se pasaban bártulos para el vino cada 7 u 8 días abriendo temporalmente sus propias tabernas. Los hombres solían reunirse con quien «le tocase echar» llevando algún aperitivo como bacalao para acompañar. Las mujeres no participaban, puesto que comenzarían a compartir espacios de ocio con los hombres cuando Pilar era adulta.