Después de la guerra, el Estado proporcionó caballos a los agricultores que eran subvencionados. Su abuelo le contó que en Viana hubo una vacada de la ganadería Zalduendo y que pastaban en la zona de Salobre. También hubo dula de ganado, un señor del pueblo se dedicaba a sacar los rebaños a pastar, en la dula de cabras, el cabrero las sacaba a pastar y ayudaba a las familias cuando mataban los cabritos.