También había guardas de campo, de regadío y de caza. Algunos de estos guardas fueron “Capilla” y “Cocina”, … Todavía hay guardas de caza. El Ayuntamiento de Viana, cuando una pareja se casaba, les daba una finca en secano y en regadío para que pudieran tener cultivos. Esto terminó con la llegada de la industria. Hubo una mujer que dejó sus tierras al Ayuntamiento. Las parcelas que se cedían se sorteaban cada cierto tiempo. Cuenta que durante unos años les tocó una parcela que tenía unos melocotoneros y embotaban la fruta.