En el campo sabían la hora mirando a los montes que rodean el pueblo, marcados por la sombra del sol. También cogían la referencia horaria por los sonidos de las sirenas de las fábricas. Recuerda que le contaron sobre una gran sequía que hubo en el año 1901, en la que tuvieron que matar muchos animales y rezaban a la Virgen de Cuevas para que lloviera. También recuerda una tormenta se llevó los restos de la cosecha muy lejos del pueblo.