Los trabajos a vereda solían hacerlo los hombres del pueblo. A partir de septiembre, los fines de semana solían hacer el trabajo de vereda que, principalmente, consistía en la limpieza de los campos y parcelas propias. Para limpiar los campos necesitan varias personas para la aplicación del veneno, el arranque de las plantas y la recogida de restos. No había lotes de leña, pero una vez se casaban, el Ayuntamiento otorgaba un terreno de regadío y otro de secano, que iban rotando entre los vecinos al cabo de cuatro años.