Existían las distinciones sociales y eran evidentes. Cuenta que en casa de Mari Luz había un baño enorme, cuando en el resto de las casas no había baño, comenta que tenían hasta bidé. Había casas antiguas muy grandes. También recuerda la primera casa en la que hubo televisión y a la que solían ir a ver la tele. Viendo el interior de las casas, por su experiencia como niñera y haber visitado más casas, comenta que conocía las diferencias sociales. Antaño el barrio del Rabal era el más grande de todos y había una buenísima convivencia vecinal, otro barrio era el del Cristo. Recuerda que todos los días estaban por la calle y se hacían sorteos de queso fresco por unos céntimos. El día de San Antón había hogueras y se hacían comidas en la calle, este día también era el único que compraban pasteles. Su madre hacía canastas de pastas en ocasiones especiales.