Antaño había varias tiendas como la tienda de Hilario, un ultramarinos donde había de todo. Había carnicería y pescadería. La costumbre de dejar la compra «a debo» era muy habitual y la gente pagaba cuando cobraba el sueldo. La venta ambulante era muy habitual y había diferentes puestos, desde ropa hasta herramientas. Había unas 4 tabernas y los hombres iban a beber el porrón después de trabajar en el campo.