El agua se repartía la víspera a regar. Explica que había dos regadíos, uno del Ayuntamiento y otro del pueblo. Antes de regar, había que pasar por el Ayuntamiento a dar aviso y por la noche, el guarda llamaba y ponía un horario según el tiempo que les iba a costar regar. Con el regadío del pueblo se hacía lo mismo. El regadío comunal lo limpiaban los propietarios de las fincas. Había un Sindicato del Riego.