Entre las casas más y menos pudientes había diferencias, pero recalca que nadie pasó nunca mucha hambre. José María dice que había gente más pudiente, pero que no destacaban demasiado. La relación entre los vecinos y vecinas del pueblo era de confianza, porque todas las casas estaban con las puertas abiertas y dice que las amistades de entonces eran más puras. Los vecinos y vecinas compartían muchos momentos y se ayudaban bastante entre ellos.