La falta de luz en la calle no suponía un problema porque la convivencia era excelente. Solían tener las puertas abiertas ya que constantemente se demostraban la disposición a ayudar cuando a algún vecino o vecina le hiciese falta. Recuerda a una vecina que hacía mostillo a base de vino hervido y usualmente le daba a su madre para las hermanas, a cambio de algún otro favor.