En Viana ha habido gente muy importante para Jesús, como los maestros de la escuela por el cariño con el que enseñaban. Recuerda al maestro don José Pellejero, que era un hombre muy majo y nunca les forzaba a rezar ni a cantar el «Cara al Sol». También se acuerda de otro maestro, don Pablo, que se esforzó en enseñar las cosas que hacían falta en el pueblo, como temas relacionados con la agricultura.