Había bares que además de servir vino también servían café. Por otro lado, estaban las tascas a donde la gente iba por la mañana a tomar una copa y ponían pintxos de sardinillas. Tenía fama la tasca La Rubia. También había tabernas particulares en las casas, donde también se vendía vino. La venta de vino se iba turnando por las bodegas. Para anunciar la venta de vino se colgaba un trapo de un palo. Explica la costumbre de los viernes.