En esa época, había dos formas de hacer los trabajos a vereda. Uno era la creación de regadíos que se encargaban a cuadrillas de jornaleros pagados por el Ayuntamiento, este era el trabajo más duro, porque tenían que abrir zanjas. El otro trabajo lo hacía cada uno en su finca de campo, recuerda que, si no lo hacían, les multaban.