En las fiestas de Viana había muchos encierros, en esa época todo el mundo se metía a correr delante de las vacas. Alejandro recuerda una vez que una vaca le llevó a rastras. Los jóvenes salían en cuadrilla, cada cuadrilla tenía su nombre y llevaban su propia blusa. Había costumbre de ir por las bodegas para beber el «zurracapote».