ALEJANDRO MIRURI MARÍN

A Alejandro con nueve años lo mandaron a un pueblo cercano a Vitoria para trabajar en el campo. Allí pasó varios años, no le trataban mal, pero le daban lo justo y trabajaba muy duro. Además, por la noche lo mandaban con una yegua hasta un molino para moler el trigo. Con quince años, harto de ese trabajo, volvió a su casa.